La miel de brezo, de color oscuro y toques rojizos, se produce cuando las abejas liban las flores de este pequeño arbusto. Su sabor es ligeramente amargo y su olor, poco intenso. Como la mayoría de las mieles oscuras, la de brezo es rica en minerales con importantes propiedades diuréticas, por lo que es un complemento alimenticio ideal para regular los líquidos del organismo e impedir su acumulación. Ayuda a tratar la cistitis y las piedras de riñón y a prevenir problemas en la próstata o la inflamación de vejiga. Además, posee propiedades antirreumáticas y desinfectantes. Por este motivo se puede utilizar para facilitar la curación y cicatrización de heridas y lesiones cutáneas leves, ya que su acción antibacteriana dificulta la aparición de infecciones.
Esta miel, al mismo tiempo, destaca por sus propiedades antiinflamatorias, que reducen el dolor y la hinchazón y mejoran la circulación sanguínea. Al igual que otras mieles, la de brezo también puede emplearse como remedio casero contra los síntomas más frecuentes del resfriado y de la gripe, como la irritación de garganta o la tos. En estos casos resulta conveniente tomarla junto con zumo de limón o leche tibia, sobre todo antes de ir a la cama. Pero aquí no terminan sus beneficios para la salud, ya que también es ideal para prevenir enfermedades cardiovasculares, tratar afecciones cardiacas como arritmias, infartos de miocardio o anginas de pecho y dolencias hepáticas.
La miel de brezo, a la venta en nuestra tienda en envases de 500 gramos y un kilo, se puede emplear para elaborar postres o endulzar infusiones, tostadas y postres de manera sana y saludable. Por sus propiedades cicatrizantes e hidratantes también se puede aplicar directamente sobre la piel. De hecho es un ingrediente natural muy utilizado en cremas y ungüentos para cicatrizar heridas, tratar quemaduras superficiales o reducir el dolor ocasionados por la inflamación.